El crípticamente instruido director de cine inglés, Peter Greenaway, se embarca en el que es el más inabarcable proyecto de cuantos cuentan en su inclasificable filmografía. “Las maletas de Tulse Luper. La historia de Moab” es el primer film de una trilogía que trata de comprender el periodo entre 1928 y 1989 en la vida del escritor imaginario Tulse Luper. Pero no se trata sólo de una trilogía al estilo señor de los gramillos. Peter Greenaway ha dejado volar todo su afán megalómano (que no cabe duda de que es harto extenso después de ver films como “The baby of Macon”) añadiendo a las tres películas una serie de televisión (de 16 capítulos), una página web (www.tulselupernetwork.com), tres libros (en un afán interactivo sin precedentes), una exposición (con las maletas del consabido Tulse), un DVD por cada una de las 92 maletas del personaje (yo no me lo creo, ¿92 DVD?), diversos textos (a aparecer en diferentes publicaciones) y tres CD-ROM (en los que se completará toda la información). El director de “El vientre del arquitecto” cuenta en esta co-producción (entre, atención, Gran Bretaña, España, Italia, Alemania, Luxemburgo, Rusia y Hungría), que él define como su particular ‘Don Quijote’, la primera parte de la historia de Tulse Luper (J. J. Feild) un, como lo define Greenaway, prisionero profesional, debido a que nos muestra su periplo por diferentes cárceles en las que va dejando su impronta como artista. El español (y últimamente bastante internacional) Jordi Mollá interpreta a un cárcelero. Con un ambiente menos recargado que en “Prospero’s books” y un exotismo menos exacerbado que en “The The pillow book”, Peter Greenaway nos regala este punto y aparte en la evolución del director de cine como artista total, esta alegoría de la historia a la que no debemos perder de vista. Y, es que las películas de Peter Greenaway nunca han sido exclusivas de los amantes del cine; la pintura, la literatura o la arquitectura han alzado la filmografía del director de “El cocinero, el ladrón, el amante y su mujer” (si es que es ese el orden) en una suerte de metaarte que tiene en las dos horas de “Las maletas de Tulse Luper. La historia de Moab” una continuación digna y preparatoria de lo que queda por venir. Bienvenidos a la isla de las tormentas.