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Uff, ayer que mal se presentaba la noche cuando enchufe la tele y vi a Val Kilmer y a Mira Sorbino (la que no empezó tan mal como parece), en “A primera vista” (ignoro como se llamaba aquí), pero que película mas tremendamente fofa, sosa y … y bastantes cosas mas. Desde luego menos mal que el Kilmer ha optado ahora por papeles con menos carga melodramática (al menos del tipo de este papel, pues en “Wonderland” no esta mal), porque el tipo tiene la expresividad de una langosta (y ademas el haberlo visto en “Top Secret” sigue marcando sus gestos, como en Charlie Sheen), y ademas el guion del film de Irwin Winkler (si el tipo es mas productor que director, que se le puede pedir) es un cúmulo de trucos fáciles y maneras bobas de desaprovechar algunos detalles que podían ser interesantes. Todo un despropósito.

Menos mal que después dieron “The eye” (se llamaba aquí, aunque el título original en ingles no es ese, en España la llamaron “Ojos que acechan” o algo así, con Ewan McGregor y Ashley Judd). Nunca me había fijado demasiado en este film de Stephan Elliott (me pareció ver a lo lejos, es que me estoy quedando ciego) pero me encanto, esa historia atípica de amor, entre un voyeur hasta la extenuación y una asesina en serie me llenó. El film esta trufado de detalles que mantienen el interés por la historia (Ewan McGregor va a todos sitios con el espectro de su hija muerta, y habla con ella sobre el hecho de que no existe). El cine negro se funde con las historias de amor mas bizarras, al estilo Lynch, toda la parafernalia de los huele-braguetas ( que han dado en el cine casos gloriosos como el gordo bueno-para-todo de “Sangre fácil” o, la infravalorada “Los fisgones”) mas modernos al servicio de una historia sobre el mirar, sobre la importancia de nuestros propios intereses en nuestra propia felicidad, ese placer que nos encanta a todos, pero que nadie se atreve a afirmar (bueno, casi nadie, a mi me encanta mirar una amplia gama de cosas, desde sexo en vivo hasta los patos del parque), y precisamente de eso va el cine. Y, eso es todo por hoy, un tipo con un anorak rojo chillón obsesionado con una asesina me despejo el dolor de cabeza que me habían provocado los lamentos del pardillo de Kilmer, que en vez de vivir y disfrutar se reventaba la cabeza con mamarrachadas, pues bueno, cada uno a lo suyo.

 

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