Charlie Kaufman se reveló como el más bizarro, surrealista y perturbador guionista del momento con esta película que va del drama a la comedia y de la fantasía al thriller con ligereza e interés gracias al pulso firme, moderno y freak de Spike Jonze (“Adaptation (El ladrón de orquídeas)”, 2002, “Donde viven los monstruos”, 2009, o “Her”, 2013), que debutaba en el cine tras dirigir videoclips de éxito para Beastie Boys, Weezer o Björk. John Malkovich se prestó para esta locura que crearía escuela (hoy día es habitual encontrar a actores interpretándose a sí mismos fuera de los meros cameos) y que se convirtió en el estandarte de un nuevo cine más autorreferencial que mezcla lo culto con lo popular, lo imposible con lo cotidiano (ejemplos de esto son Michel Gondry o David O’Russell). Un delirante ejercicio de deconstrucción argumental que sale a flote gracias a un reparto excelente y una hipnótica capacidad de sorprender y saltar de género.
Craig Schwartz (John Cusack) ha fracasado, a pesar de su enorme talento, en el mundo de las marionetas, así que consigue un trabajo en una oficina de Manhattan (en un extraño piso 7½). Un día, detrás de un armario, descubre una pequeña puerta; cuando penetra en ella se transporta directamente a la cabeza del actor John Malkovich.
El complejo y extravagante guión de Charlie Kaufman (que se pasó a la dirección con la críptica “Synecdoche, New York”, 2008) está plagado de referencias que ahondan en el absurdo, lo surreal, lo claustrofóbico y lo trágicamente romántico de la trama (encontramos referencias a Fellini o “La semilla del diablo”, a Franz Kafka o Goethe). Así, esta arriesgada obra maestra moderna, más que quedarse en su original premisa, se convierte en un denso viaje a través de numerosas ideas que surgen de la memoria cinéfilo-emocional de Kaufman reflexionando acerca del arte y sus creadores, las relaciones personales, el éxito o la sociedad; siempre en una atmósfera enrarecida, casi onírica (enriquecida por la apagada fotografía de Lance Acord), donde cualquier cosa puede ocurrir.