Aunque después no ha cumplido las expectativas, el actor (“Amelie”, 2001, de Jean-Pierre Jeunet, o “Munich”, 2005, de Steven Spielberg), guionista y director (“Los ríos de color púrpura”, 2000, o “Gothika”, 2003) Matthieu Kassovitz logró con “El odio” una de las mejores películas de los 90. Una semblanza realista y verborréica que funciona como una turbulenta parábola de la dualidad entre la razón y el odio; como un fiel y crítico retrato urbano de la periferia parisina en una época marcada por revueltas y enfrentamientos con la policía; además de como una reflexión un tanto descarnada y pesimista sobre la juventud, sus aspiraciones, sus miedos y sus ideales. Kassovitz explora el origen de la violencia evocando a clásicos del cine de autor francés como Eric Rohmer (el uso de los diálogos, el triángulo protagonista o su trasfondo moral) o Jean Eustache (el blanco y negro, la mirada sobre la adolescencia, …) y perfilando unos personajes carismáticos, veraces y atrevidos (a lo que también ayudan unas excelentes interpretaciones).
Tras una noche de disturbios en el centro de París, un joven de 16 años de los barrios bajos recibe una paliza en la comisaría que lo deja en coma. En este contexto, conocemos un judío (impresionante Vincent Cassel), un árabe (Saïd Taghmaoui) y un negro (Hubert Koundé), tres jóvenes que se enfrentan a la situación de diversas maneras. Hubert es racional y escéptico, Vincent es pasional y violento y Said neutral e infantil.
Es facil dejarse llevar por la moderna puesta en escena del film y por sus diálogos intrascendentales que esconden intenciones ocultas; por su callejera banda sonora (compuesta por el grupo de rap galo Assassin, además de temas de Bob Marley hasta Beastie Boys); o por la cruda fotografía de Pierre Aïm, que impregna a la historia ese halo sucio y falto de glamour que resulta imprescindible en una película como esta. Pero lo que realmente consigue que el espectador se sumerja en las vidas de Vinz, Said y Hubert es la sencillez y la universalidad de la historia, de las situaciones y los personajes, de los que todos tenemos un poco.
– Para aficionados a las películas de jóvenes rebeldes con trasfondo.
– Imprescindible para los que evitan el cine francés por aburrido.
FOTO DE RODAJE
Mathieu Kassovitz en el rodaje de “El Odio”.
BANDA SONORA
Assassin, ‘L’etat assassine’: https://www.youtube.com/watch?v=UVBfRWrSD04.
ART WORK
Godmachine – ‘La Haine’