El director californiano demostró que aún tenía mucho que contar (tras el ya lejano éxito de sus dos films corales, “Boogie Nights”, 1997, y “Magnolia”, 1999) con esta intensa y opresiva historia (basada en las 150 primeras páginas de “Oil!” de Upton Sinclar) que ahonda en la ruda psicología de los personajes a través de un relato de los primeros compases de la fiebre del petróleo en EE.UU., extendiendo sus implicaciones históricas, políticas, morales y humanas hasta donde el espectador pueda imaginar. Con la experimental banda sonora de Jonny Greenwood (miembro de Radiohead), un soberbio trabajo fotográfico de Robert Elswit y una ambientación impecable, “Pozos de Ambición” (con sus dos horas y media) es un brutal drama épico que nos deja con ganas de más por culpa de un final tal vez demasiado precipitado; un relato del surgimiento de los EE.UU. modernos en el que Anderson sabe introducir sus temas habituales (el destino, la redención, la obsesión o la relación padre-hijo); y una compleja reflexión sobre la corrupta relación entre la sociedad capitalista y la religión.
A principios del siglo XX, Daniel Plainview (un histriónico y camaleónico Daniel Day-Lewis) deja su trabajo de minero para buscar petróleo en un pequeño pueblo junto a su hijo. Allí encuentra más petróleo y se convierte en un hombre muy rico. Pero la aparición de un predicador (Paul Dano) fundador de una Iglesia, comenzará a darle problemas.
Paul Thomas Anderson nos cuenta la historia de un hombre (un ‘pionero americano’, un hombre sin raíces) que se construye a sí mismo de una manera un tanto fría y despegada, sin juzgar ni dar lecciones morales evidentes. Nos habla de como el poder puede corromper la condición humana creando así una suerte de sátira social, política y económica con forma de confuso descenso a los infiernos (¿qué lo lleva a ser infeliz? ¿descubrir petróleo? ¿su enfrentamiento con el predicador?, …). Nada es convencional en el cine de P.T. Anderson y aquí hace de los inabarcables parajes americanos una fuente de claustrofobia existencial, subvirtiendo los valores estéticos de géneros como el western.
– Para interesados en las raíces del mundo moderno.
– Imprescindible los que quieran echar un vistazo genealógico a las guerras de Oriente Medio.
FOTO DE RODAJE
Daniel Day-Lewis & Paul Thomas Anderson en el rodaje de “Pozos de Ambición”.
BANDA SONORA
Jonny Greenwood, ‘Open spaces’: https://www.youtube.com/watch?v=jx42SWnERTs.
ART WORK
Juarez Ricci – ‘There will be blood’