El gusto de Jim Jarmusch (“Bajo el peso de la ley”, 1986, “Dead Man”, 1995, o “Flores rotas”, 2005) por los films episódicos ya había quedado patente en la estupendas “Mystery Train” (1989) y “Noche en La Tierra” (1991); pero con esta colección de joyas cómico-existenciales llevó este estilo hasta la hipérbole cuantitativa (nada menos que 11 segmentos). Jarmusch hace un recorrido por todas las constantes conceptuales de su cine (el extrañamiento y la alienación, las dificultades de comunicación, …) a través de distintos recursos y tipos de humor (desde el absurdo hasta el esperpento, pasando por la parodia, la referencia musical o cinematográfica y la comedia costumbrista); todo mientras se pasea por diversas clases sociales y niveles culturales con su ‘cámara invisible’, mostrándonos un pormenorizado catálogo de los miedos, las miserias, las alegrías y los deseos del ser humano.
Aunque tres de los cortos que componen “Coffee and Cigarettes” fueron grabados antes de 2003 (el de Roberto Benigni y los problemas idiomáticos en 1986; el de los hermanos Lee y Steve Buscemi en 1989; y el divertidísimo encuentro entre Tom Waits e Iggy Pop en 1993), Jarmusch se puso a trabajar y rodó 8 cortos más (con estrellas como Cate Blanchett en un doble papel o Steve Coogan y Alfred Molina descubriendo que son primos lejanos) para componer una auténtica y divertida sinfonía heterogénea de personajes reales interpretándose a sí mismos frente a una mesa con café y tabaco (o té como en el bizarro ‘Delirium’ con RZA y GZA de Wu-Tang Clan y un esquizofrénico Bill Murray).
Todo un festival de caras conocidas del cine y la música (Jack & Meg White protagonizan un curioso segmento junto a una bobina de Tesla) teniendo conversaciones encantadoramente vanales, surrealistas y alegóricas que sirven de irregular compendio de declaración de intenciones del director sobre temas tan variados como la familia, el éxito, la salud, la amistad, la ciencia o la muerte (el film termina con un poético corto protagonizado por los veteranos del underground Bill Rice y Taylor Mead).