Basada en los pupulares cómics italianos, creados por las hermanas Angela y Luciana Giussani, “Diabolik” (publicados desde 1962 a 2013); el proyecto nació como un film episódico dirigido nada menos que por Federico Fellini, Ingmar Bergman y Akira Kurosawa. El rodaje comenzó como una superproducción de elevado presupuesto y estrellas europeas. Pero el productor Dino De Laurentiis, insatisfecho con los resultados, decidió reescribir el guión, reducir el presupuesto en más de la mitad y fichar a un nuevo director: el veterano cineasta especializado en cine de terror Mario Bava (“La máscara del demonio”, 1960, “Las tres caras del miedo“, 1963, o “Semáforo rojo”, 1974). El resultado fue un delirio psicodélico, con una total falta de prejuicios, que rehuye cualquier clase de realismo para sumergir al espectador en una auténtica experiencia estética; en un festival kitsch de pop art, acción, sensualidad, crimen y comedia en el que se combinan la figura del antihéroe, las ‘Heist Movies’, los ladrones de guante blanco, el cine policíaco, el cine de espías, …
El film sigue las peripecias de Diabolik (John Phillip Law) y Eva Kant (Marisa Mell), una pareja de sofisticados ladrones que se sirven de diversos vehículos, disfraces y gadgets para llevar a cabo sus robos.
Aunque Diabolik está en el lado opuesto de James Bond, comparte con este su estilo de vida repleto de acción, chicas guapas y coches de lujo; pero ni siquiera esto consiguió que “Diabolik” fuese un éxito en el momento de su estreno (con el tiempo ha sido revalorizada y convertida en película de culto). Y es que los numerosos enfrentamientos durante el rodaje entre Bava y De Laurentiis (que quería rebajar el nivel de violencia, haciéndola más comercial y accesible) o el hecho de que parte del reparto, equipo técnico o escenarios fuese reciclado del rodaje de “Barbarella” (otra adaptación de cómic producida por De Laurentiis) no empañan las virtudes de esta joya fallida pero hermosa, inclasificable y única, con banda sonora de Ennio Morricone y un despliegue visual inolvidable.