Antes de dedicarse a películas para empresas y a la educación (fue profesor de la ESCAC), el realizador Francisco Pérez-Dolz (“El mujeriego”, 1964, o “Los jueces de la biblia”, 1965) aunando influencias temáticas, estéticas y narrativas de diversos lugares para construir este interesante relato criminal inspirado en personajes reales. “A tiro limpio” recogía el testigo del auge del cine policíaco en Cataluña durante los años 50 (Ignacio F. Iquino, Julio Coll, Antonio Isasi-Isasmendi o Francisco Rovira Beleta, de quien Pérez-Dolz sería ayudante en otra magnífica obra de culto del género: “Los atracadores”, 1962); y lo hacía combinando el cine negro de ambos lados del Atlántico, desde los clásicos hollywoodienses de los 40 (con sus perdedores abocados a la tragedia y sus claroscuros) a la reinvención de la Nouvelle Vague (con su naturalidad y cinefília), pasando por el contexto político-social de autores como Jules Dassin (“Rififi”, 1955).
Martín (Luis Peña) y Antoine (Joaquín Navales) son dos comunistas que llegan a Barcelona con la intención de cometer atracos para conseguir dinero para la causa comunista.
Y es que además de un estupendo y entretenido ejemplo de cine negro, crudo y creíble, “A tiro limpio” también está arraigada a España; por un lado sumergiéndonos en la Barcelona de los años 60 con realismo casi documental y por otro profundizando (todo lo que la censura hacía posible) en la situación política durante el franquismo (explorando la relación entre activismo y delincuencia). “A tiro limpio” no es una obra maestra, pero tiene atracos, disidencia, drama, venganza, sexualidad (incluida una relación homosexual oculta a la censura), mujeres fatales, ambientes suburbiales, buenos actores y un enorme valor histórico; suficiente para ganarse un puesto en lo mejor del cine español. Aunque fue un fracaso en el momento de su estreno, con el tiempo ha sido considerada una de las piezas clave del cine policíaco español. Décadas después se rodaría un fallido remake: “A tiro limpio” (Jesús Mora, 1996), con Toni Cantó de protagonista.