Tras su sórdida visión de la paternidad en la experimental “Cabeza Borradora” (1977), David Lynch fue contratado para dirigir un drama de época, con un reparto de actores ingleses (el film era mayormente estadounidense, pero contaba con Anthony Hopkins o John Gielgud), sobre la vida de Joseph Merrick (un conmovedor John Hurt), un célebre hombre deforme que vivió a mediados del siglo XIX. David Lynch vió en aquel argumento sus obsesiones y se lo llevó a su terreno (participó también en el guión), dando vida a una historia gótica, rodada en un inquietante y bellísimo blanco y negro (obra del mítico Freddie Francis, que volvía a los fueros fotográficos de films como “Suspense”, 1961, de Jack Clayton, tras un interludio de 15 años como director de films de terror), que profundiza con sensibilidad en la psicología de sus personajes, en sentimientos como el rechazo, el amor, el odio, el miedo a lo diferente, la dignidad humana o los conceptos de civismo y civilización.
Frederick Treves (Anthony Hopkins) es un cirujano londinense que un día descubre en un circo a Joseph Merrick (John Hurt), un hombre deforme. El dueño del circo (Freddie Jones) lo trata brutalmente, azotándolo como a un animal. Al contrario de lo que piensan los demás al ver su aspecto, Treves cree que Merrick es una persona inteligente, que tras su horrible cuerpo se esconde una persona capaz de aprender.
Basándose en el libro del propio Frederick Treves y dando rienda suelta a un clasicismo estilizado a veces rasgado por violentos o crueles momentos (que muestran el lado más miserable de la condición humana), Lynch cuenta esta tragedia moderna situada en ese submundo, poblado por extraños seres-bestia, que sólo existe en el cerebro de los que no saben mirar más allá de las apariencias. Un cuento inquietante y emocionante que se mueve por las neblinosas calles del mismo Londres victoriano que fue aterrorizado por Jack el Destripador con intención de tratado moral y maneras estéticas entre “La parada de los monstruos” (Tod Browning, 1932) y el expresionismo alemán.
– Para amantes de los retratos sociales con carga moral.
– Imprescindible para los seguidores del gótico decimonónico.
FOTO DE RODAJE
David Lynch durante el rodaje de “El hombre elefante”.
BANDA SONORA
John Morris, ‘The Elephant Man Theme’: https://www.youtube.com/watch?v=4jYMHb1mtvw.
ART WORK
AIvo Matić – ‘The Elephant Man’