La opera prima de Guy Ritchie (“RocknRolla”, 2008, “Sherlock Holmes”, 2009, u “Operación U.N.C.L.E.”, 2015) irrumpió a finales de los 90 con su descaro, su violencia y su sentido del humor, reventando taquillas y haciendo las delicias de los cinéfilos más hiperactivos; la crítica se apresuró a compararlo con Tarantino (importancia de la banda sonora, argumento gangsteril y estructura informal) y los productores americanos en seguida pusieron dinero en su mano para que hiciese “Snatch, cerdos y diamantes” (2000) y se llevase a Madonna a casa. “Lock & Stock” es un thriller de acción frenética con giros argumentales y secundarios geniales (con un reparto impagable repleto de caras poco conocidas fuera de Gran Bretaña) que bebe de la comedia de enredo y del cine policial inglés de los 70; construyendo un catálogo de los distintos estratos dentro de la clase criminal británica y deleitando al espectador con sus diálogos barriobajeros, sus situaciones descabelladas (el azar juega un papel muy importante en el desarrollo de la trama) y su humor negro.
Bolsas repletas de dinero, marihuana o armas, un sicario acompañado por su hijo (el primer papel en el cine del futbolista Vinnie Jones), ladrones cutres, un jefe mafioso sin escrúpulos, tongos en partidas de cartas, persecuciones, borracheras y acción a raudales en este film de gangsters y timadores con múltiples hilos argumentales que confluyen en cuatro amigos que creen que van a hacer el negocio de sus vidas.
La kilométrica banda sonora (de James Brown a The Stone Roses, de The Stooges a Robbie Williams) funciona como perfecto fondo musical para la calculada coreografía de idas y venidas por las calles y los tugurios de Londres; y la voz del veterano Alan Ford, como narrador (en España lo dobló Santiago Segura), sirve de irónico y omnisapiente guía para este divertido viaje. Un film absorbente, fresco y desprejuiciado, lleno de referencias cinéfilas y guiños complices al cine criminal británico y con el que también saltó a la fama en entonces productor Matthew Vaughn (“Layer Cake”, 2004, “Kick-Ass”, 2010, o “Kingsman: Servicio secreto”, 2014).