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En 1997, reapareció David Lynch en los cines españoles (de hecho, “Twin Peaks: Fuego, camina conmigo” nisiquiera se estrenó en España) con el tipo con el que había desaparecido: Barry Gifford. Tras el fracaso de la serie de televisión “Hotel Room”, David Lynch se alió con Barry Gifford para escribir el guión de “Carretera perdida”, un nuevo ahondamiento surrealista en la mente (aunque lo parezca, no creo que sea imprescindible usar la palabra esquizofrénica) al estilo más puro de Lynch.

Lynch describió esta película diciendo que era como si Sailor y Lula se encontraran con Kafka. Y es que, como en “El proceso”, un tipo normal (Bill Pullman) es acusado del asesinato de su mujer, el espectador asiste perdiendo el aliento a un alambicado y jugoso argumento onírico, sin explicación aparente, pues en la cárcel Bill Pullman se transforma en Balthazar Getty (una fuga psicogénica, arguyó Lynch para los que necesitaban de una verdad absoluta a la que agarrarse). Y es que no es “Carretera perdida” una película para que te hagas preguntas sobre ella, sino una película para provocar cosas en el espectador, para sentirla, pero no para inquirir. Se podría explicar este viaje lisérgico como la simple historia de un tipo con doble personalidad, que mata a su esposa, pero ¿para qué?, ¿es que no hay suficientes películas de asesinos y psicópatas?, la película nos conduce por esa carretera perdida hasta los conceptos de bien y mal alojados en lo más profundo de la mente, la confusión entre ambos conceptos y el engaño al que podemos llegar si nos aferramos mucho a uno de ellos si que son temas certeros de este regreso de David Lynch al más duro estilo propio.

Además de Balthazar Getty y el sosainas de Bill Pullman (aquí suficientemente adecuado), tenemos en el film a una erotísima Patricia Arquette como mujer de Bill Pullman, la cual fallece y vuelve a aparecer en un rol distinto (y mucho más húmedo), y a un tenebroso Robert Blake (el de “A sangre fría”) como representación física del mal, también está un degenerado Richard Pryor y una jovencita Natasha Gregson Wagner.

 

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