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Estaba tirado en el sofa, como si el mundo se acabase en mis ganas de beberme una birra, acababa de terminar “Le riserve” (¿como se llamó en España esa de Keanu Reeves en la que Gene Hackman entrena a un grupo de reservas, esos si, secundarios muy buenos?) y creía que iba a vomitar. Entonces empezo algo que me retrotrajo a un bonito pasado, empezó “The getaway” (pero no canteís victoria, que era de la Roger Donaldson con Baldwin y Basinger), que aunque no es la de Peckimpah si que tiene buen ritmo y unos secundarios de lujo, de los que me dispongo a hablar brevemente (me di cuenta que me hago viejo, en el hecho de que he dejado de odiar a Alec Baldwin, ¿quien ha cambiado el o yo?).

El primero es Philip Seymour Hoffman, que tiene un pequeño papel, atraca un canódromo junto a Baldwin y Madsen. Hoffman ha sabido pasear su difícil (y a la vez inspirador) físico por algunas de las mejores películas de los últimos años, sus colaboraciones con Paul Thomas Anderson (sobre todo “Magnolia”, “Boogie nights” y “Punch-drunk love”), con Todd Solontz (la casi imprescindible “Happiness”), los Coen (“El gran Lebowski”) o con David Mamet (“State and Main”) lo convierten en uno de los actores imprescindibles del cine independiente (también se puede destacar en films de Anthony Minghella, el cual hasta se cree independiente, jeje).

En “The Getaway”, Michael Madsen es precisamente quien mata a Seymour Hoffman, Madsen repite casi el papel que lo hizo famoso en “Reservoir Dogs”, un psicópata con bastantes dotes de excéntrico colgado, ese es precisamente el rol que mas ha adoptado. Ya antes del film de Tarantino habia estado, por ejemplo (porque es un tipo muy trabajador) en “Thelma & Louise” o “The Doors” y ya entonces lo único que se le podía reprobar a este duro americano (ohhh!!) es que su expresividad no da para mucho, que no va a ir mucho mas allá del rudo (como mucho con corazón tierno, como en “Liberad a Willy”). Un tipo vocacionalmente simpático, y que como Edward G. Robinson o Lee Marvin (yo comparo con quien me da la gana) esta abocado a ciertos roles, pues bien, mas se perdió en la guerra.

El tercer secundario a resaltar en este film es David Morse, tal vez el mas bizarro de los tres, también abonado a los personajes duros (cuya carrera culminó, en cuestión de crueldad, con la excelente “Bailando en la oscuridad”) y crueles, capaces de destruir la humanidad (el malo malísimo de “12 monos”) o simplemente de empuñar un arma para perseguir al bueno de turno (“Memoria Letal” o, mismamente, “The getaway”). Actor fetiche del Sean Penn director (por algo será), estuvo en “The indian runner” y “The crossing guard”, también en “Locos en Alabama” de Antonio Banderas, o en ese trasunto moderno de “El otro” de Robert Mulligan que fue “El buen hijo” (del desperdiciado Joseph Rubens). Su rostro frio y con poca expresividad es el campo de cultivo de la esterilidad que muchos directores atribuyen a la sociedad moderna (y con razón joder, que esto cada vez es mas inviable).

Como extra señalar que en los ultimos minutos del thriller de Roger Donaldson, la parejita huye ayudados por un tierno abuelete que es, ni mas ni menos que Richard Farnsworth, que desde que se estrenara (sin acreditar) en “Un día en las carreras” de los Marx, habían pasado casi 40 años. David Lynch daría su ultimo gran trabajo, en “Una historia verdadera”, a este simpático sureño que afrontó con una sonrisa hasta el fin de sus días. Ale, que todo el mundo descanse en paz.

 

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