Desde estas virtuales páginas quiero lanzar un aviso, o más bien petición o ruego a todos los actores que me escuchen desde Europa, Sudamérica, Asia o África. No lo hagáis, no lo hagáis. Mirad lo que le ha pasado los que lo han hecho. Y es que el otro día vi “Delicias turcas” (la odisea marital-esperpéntica que Paul Verhoeven rodó en 1973), me dan ganas de llorar cuando lo pienso. Cuando veo a Rutger Hauer, recorro su carrera y lo veo ahora me dan ganas de retroceder en el tiempo y, conforme salía del set de rodaje de “Blade Runner”, amordazarlo y devolverlo a Europa (donde volvió para rodar, con un Verhoeven que aún no había emigrado, “Los señores del acero”), de donde nunca debió salir un interprete de tal potencia.
Atrás quedan los tiempos de Von Stroheim, Dietrich, Signoret o Ferrer. No marcharos a Estados Unidos a trabajar, utilizad la carrera de Penélope Cruz como aliciente para quedaros en vuestros países. Penélope Cruz, protagonista de films tan apreciables como “Jamón, Jamón”, “Belle Epoque” o “La niña de tus ojos” (o de los mios), va a USA y ¿qué hace?, ¿merece la pena citar “Vanilla sky”, “La mandolina del tal Corelli” u otras memeces? Si lo que quería era engancharse a un americano que se hubiese hecho becaria. En España el célebre precedente es Antonio Banderas (“La ley del deseo” o “La blanca paloma”), que aunque trabajó al principio con Neil Jordan (ojo a su próximo estreno “El buen ladrón” y a toda su filmografía, por descontado) sólo supera la media su film como director (“Locos en Alabama” una de las buenas interpretaciones encadenadas de Melanie junto con “Cecil B. Demented” o “Al final del Edén”). Deseo buena suerte, aunque no muy convencido, a Javier Bardem. Pero no es exclusivo de España, ¿ha hecho alguna película de más calidad que “El callejón de los milagros” Salma Hayek en Estados Unidos (nisiquiera “Frida”, recomendable, pero fallida)?, o ¿ha superado, Chow Yun-Fat, las cimas de inexpresividad y estilismo de la violencia que le regaló John Woo en Hong Kong? Es mejor que sigaís las trayectorias de Marcelo Mastroiani o Francisco Rabal y no os dejéis tentar por el maligno (recordad cómo volvió Victoria Abril).