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Que mejor para celebrar que cae ya el mamotreto mediático más esperado, por los admiradores del terror más doméstico y aclamado, que comparar las entregas de respectivas sagas de una en una. Así os regalo mi particular “Freddy vs Jason”. Empezando claro está por los fundacionales films de cada saga. Comparar “Viernes 13”, 1980, de Sean S. Cunninghan (productor de la apreciable “House, una casa alucinante”, ¿por qué no le revanan el cuello al que se ocupa de colocar esas estúpidas coletillas a los títulos?) con “Pesadilla en Elm St.”, 1984, de Wes Craven es fácil.

Está claro que el film del ultrabronceado Robert Englund es muy superior al del absurdo enmascarado. Para empezar el tal Cunninghan (que, si no me equivoco, también es culpable de una película al estilo “Abyss” llamada “Abismo”, ¿o era “Leviatán”?) no hizó más que copiar la premisa carpenteriana de “Halloween” y trasladarla a un campamento en horas bajas. Sin embargo, Craven (que tanto antes como después ha demostrado de qué está hecho) inventó (si bien es cierto que bajo la relativa premisa de jóvenes asesinados uno a uno) un nuevo hilo argumental, y un nuevo campo de batalla, los sueños. Ésta innovación, aunque pueda parecer vana, dio más posibilidades con respecto a los métodos de eliminación de adolescentes, los métodos clásicos (hacha, cuchillo, gancho o estrangulamiento) dieron paso a otros más elaborados, jugando más con el humor o la crítica (ahogo en una cama de agua, …).

También se le puede achacar al asesino de Cristal Lake que nació (y creció, y murió en ¿1957?, eso creían, je) como el soso entre los sosainas (estigma directamente arrancado de los brazos de Michael Myers), mientras que Mr. Krueger ya al principio gozaba de un humor y expresividad que para si quisiese Eduardo Noriega. Pero hay algo que tienen en común y que me cuesta ponerme de acuerdo sobre en cual de ellas es mejor. Los estrenos de dos actores como Kevin Bacon (en el film del campista vengador) y Johnny Depp (en el del pederasta horneado) en los films abrían las carreras de dos actores a los que considero de lo mejor de sus generaciones (aunque le daría más de una patada en los huevos al segundo), pero sobre gustos no hay nada escrito (o mejor dicho, no hay nada escrito que no pertenezca al ambito de los gustos).

 

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