CINEBLOG.NET

 

Ya que Rubén habló de nuestras peripecias domesticas mientras devoramos cine por cine en mi piso, ahora me toca a mí, el segundo en el desconcierto. Un acierto el dejarse caer por casa “The Rules of Attraction” a la que yo correspondí siete días mas tarde con “Shaun of the dead” una divertida comedia londinense dirigida por el joven Edgar Wright. No contentos con eso, Ruben me dejó: Rabia (Rabid, David Cronenberg), cinta que no había tenido oportunidad de ver -siendo David director de culto pero de dificil peregrinaje. Rabia de Cronenberg, comenzamos.

Pelicula marcando tendencias de lo que sería el cine ochentero, si señores: ya usaban hombreras y sombra de ojos azul en Rabid, rodada en 1977 con la actriz pseudoporno Marilyn Chambers como protagonista, el resto de la plantilla no me merece la mayor atención, ¿será porque solo me fijé en los pechos de Marilyn? es posible.

Un placer deleitarme con esta cinta donde Cronenberg plasma en dosis contadas lo que más adelante se convertiría en su universo fílmico y bestiario particular, en Rabia nos encontraremos con esa dosis de locura que todos esperamos de David: carne, mucha carne inflada de sexo y la atracción por el canibalismo sexual,
la fagotización de la pareja en un coito mortal con visos de orgasmo eterno, la ciencia degenerada en una mezcla frankenstiana y yuppy de los avances tecnologicos desafiando las leyes de la naturaleza, los nuevos conceptos que atormentarían a escritores de la década -Barker, King- biorobotica, cirugias, evolución,
la sangre mezclada con el acero.

La cinta gira en torno a unos experimentos de cirugia plastica realizados a Marilyn Chambers, quien se convierte en una vampiresa necesitada de sangre para vivir, siendo a su vez portadora de una enfermedad que convierte a sus victimas en zombis. No se explican muy bien las razones de esta mutación, o puede que me fijara demasiado en los pechos de la Chambers como para acordarme. Y no es para menos, David Cronenberg nos conduce durante toda la cinta con una erección de 90 minutos donde la protagonista encarna el mito de la vagina con dientes devoradora de presas sexuales para satisfacer su apetito a través de una boca asesina injertada en la axila (lo mas parecido a una vagina que se podia mostrar?) y romper, muerte a muerte, todos los mitos (incesto, zoofilia, bacanal, homosexualidad) , lanzando a sus presas hasta el orgasmo definitivo al que todos deseamos llegar en este coito interruptus que supone Rabia.

Las cintas de Cronenberg huelen, huelen a carne podrida, quemada, mustia, besando con labios de leproso la tecnología más psiquiatrica y al sexo a partes iguales. Criaturas, accidentes de trafico, mutación del cuerpo, tecnomasoquismo en crudo y la belleza de unos pechos por la que todos nos dejariamos atravesar con agujas de veneno.

Apta solo para las noches.

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies