No soy de esos que piensa que hay una edad predestinada para cada cosa, de hecho creo que soy de los que piensa que todo se puede hacer a cualquier edad (más o menos), pero eso no quita para que haya sentido pena al ver a Harrison Ford (que recordemos que encadena su enésima película prescindible) luciendo su trasnochado pendiente. La imagen de un anciano (ejem) agarrándose patéticamente al clavo de la desfachatez juvenil me pasó de forma fugaz por la mente.
“Hollywood: Departamento de homicídios” (la película, necesariamente no puede ser tan sumamente horrible como el título) es la última película de Harrison Ford (hasta la fecha, eso si), esta vez bajo la batuta de Ron Shelton (especialista en cine deportivo, nunca de excesiva calidad, aunque es un género difícil) y acompañado del guaperas Josh Hartnett (del que sólo destacaría “The faculty”) como parte joven e inexperta de la pareja de policías que forman. Si otra Buddy movie, y que no os engañen, es igual que las otras (es cierto que varían algunas cosas, y que nos tratarán de convencer que esas cosas idiosincráticas son las que la hacen especial, pero no somos gilipollas). Y así es, un veterano con malas pulgas y un joven policía (que, ya que estamos en Hollywood, quiere ser actor, qué originales) que se ven envueltos (con la astucia argumentística habitual de Hollywood) en un embrollo en el que nos damos cuenta de que los raperos son los que están hundiendo América (y todos pensando que eran los moros, ufff). En definitiva, no vayas a verla si quieres ver una película buena, no vayas a verla si quieres ver una película con ambiciones, no vayas a verla si quieres ver una película de calidad, no vayas a verla si quieres ver una película de un buen director, ni de buenos actores, ni una película con mensaje, ni una película… ve a verla si te invitan (pero trata de convencer a quien te invita de que te invite para otra, que esta ya la verás en video).