CINEBLOG.NET

 

Decían de “Torrente, el brazo tonto de la ley” que la gran cantidad de intervenciones especiales y cameos varios le restaba solidez al argumento y a la película en sí. Lo mismo le pasa al último film de Larry Charles, aunque debería decir el primer film de Bob Dylan, ya que es autor de la historia de “Anónimos”, protagonista y compositor de la banda sonora. Una cantidad exagerada de actores y actrices le acompañan en esta historia de un cantautor que sale de la cárcel (donde estaba encerrado para coartar su libertad de expresión) para actuar en un concierto benéfico emitido por televisión. El genial John Goodman y la madura Jessica Lange son el organizador y la productora del concierto, Bruce Dern (al que también tenemos en “Monster”) como un editor jefe de Jeff Bridges, periodista encargado de cubrir el concierto, Val Kilmer (cada vez más enterrado) como un extraño domador de animales, Mickey Rourke (que parece que ha recuperado cierto prestigio de culto como secundario), Angela Bassett, Giovanni Ribisi, Christian Slater, Fred Ward, Luke Wilson y una patidifusa (aunque en una actuación mejor que muchas, o acaso todas, de las interpretaciones que ha realizado en el país de las hamburguesas) Penélope Cruz.

La cinta, con un humor algo cínico es descrita por el mismo Dylan como una tragicomedia musical, como una especie de autobiografía imaginaria. Más o menos fallida, lo que si es el film es una reivindicación del cambio de valores que la sociedad occidental a padecido desde que Bob Dylan empezara en la música a finales de los años 60. Una crítica a la apatía existencial que reina en la actualidad, a esa resignación a no poder cambiar el mundo. Después de todo el discurso de la película que muestra (o trata de mostrar) las miserias humanas, es un discurso optimista, con esperanza, o, al menos, con el optimismo necesario para pensar que alguien lo va a tomar en serio. Lo mejor de la película: la música de Bob Dylan (ya decía él que una dura lluvia no iba a caer, “A Hard rain gonna fall”) que, a pesar de haberse convertido en una sombra oscura y mística de lo que era en los setenta (su gran década) aún mantiene intacta cierta fuerza motriz como es la crítica a la sociedad en la que vivimos.

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies