Me preguntaba cual era la razón por la que unos y otros me hablaban de Jodorowsky, no es que no sea una personalidad que merezca atención, pero en ciertas bocas me resultaba extraño, cuando me fui a Italia, Jodorowsky era un tipo, cuanto menos, minoritario. Pero hoy mismo me entero que apareció en el programa de Buenafuente, ahhh!!! (Y poco antes lo teníamos en “Nosolomúsica”), ahora entiendo ese interés por éste chileno de lóbulo occipital ruso. De trayectoria compleja y maneras aún más complejas.

No sé si hace falta que empiece por el principio, pero ya que me pongo diré que Alejandro Jodorowsky Prullansky nació en Chile en 1929 (sus padres eran emigrantes rusos), en Tocopilla (un pueblo que se encuentra en el paralelo 22, a lo que Jodorowsky deduce: el tarot tiene 22 arcanos mayores). En los años 40-50 hubo cierto movimiento cultural en Chile al que el joven Jodorowsky se adhirió: José Donoso (existen dos adaptaciones al cine de su novela “Coronación”, la más moderna dirigida por Silvio Caiozzi, que también ha adaptado “La luna en el espejo” y la reciente “Cachimba”, Arturo Ripstein también se metió en Donoso con “El lugar sin límites”), Jorge Edwards (premio Naconal de Literatura en 1994) o Enrique Lihn (del que destaca su obra poética y ensayística). Jodorowsky creó mimos y obras de teatro experimental en la universidad, pero no se sentía a gusto con las posibilidades de enseñanza chilenas y, en 1953, marchó a México a aprender alquimia y tarot.

Allí, en México, formó, en 1962, el “Movimiento pánico”, junto a Fernando Arrabal, el cual también ha tenido una gran relación con el cine, como actor (la última vez en “El virus de Hamburgo”, 1979, film de ciencia-ficción de culto dirigido por el aleman Peter Fleischmann), guionista (“Fando y Lis” de Jodorowsky o diversos trabajos para la televisión alemana) y director (“The emperor of Perú”, 1982, donde 4 niños deciden partir hacia el Amazonas en una vieja locomotora o “Viva la Muerte”, 1971, prototípo de ese anarco-surrealismo intelectual que practicaba); y Roland Topor (autor del guión de la excelente “Marquis”, 1989, de Henri Xhonneux o del clásico de animación de 1973 “El planeta salvaje” de René Laloux, ummm ¡qué recuerdos!, incluso aparecía como actor, interpretando a Renfield, en el “Nosferatu” de Werner Herzog o en un secundario del film de culto “Sweet movie” de Dusan Makavejev, creo que fue de las primeras veces que vi tetas y culos en una película, ¿dónde estarían mis padres en aquella histórica emisión?), pretendían criticar la rigidez y el enquilosamiento de la filosofía francesa, donde predominaba el existencialismo por boca de Sartre, a golpes de terror, humor y simultaneidad.

Francia es su tercera parada. Ya hacía guiones de comics antes, desde 1966 (“Anibal 5” o “Fábulas pánicas”), pero en 1975 conoció a Jean Giraud (el autor de “El garage hermético” es guionista de “Les maètres du temps” de, otra vez, René Laloux en su penúltimo clásico; diseñador en Hollywood, “Alien”, “Willow”, “The abyss”; autor del diseño de producción de “Tron” o del vestuario de “Blade Runner”; amén de haber sido adaptado en films como “Heavy Metal” de Gerard Potterton y Jimmy T. Murakami, del que os recomiendo la estremecedora “Cuando el viento sopla”), alias Moebius, y crearon “El Incal”, serie que mezcla oníricamente la novela negra con la metafísica y ese concepto de superación tan de Jodorowsky que es la realización personal a través de la iluminación proveniente de un estrato superior, también tuvo mucho éxito “Alef Thau” sobre un niño sin brazos ni piernas y su iniciación a los viajes astrales en particular y la liberación de su cuerpo físico en general (la consecución de El Hombre Sin Realidad). Con Moebius planearía su inconclusa adaptación de “Dune” de Frank Herbert, y daría cuerpo al personaje de John Deefol (“El Incal”) en otras novelas gráficas. Su carrera en el comic, con o sin Moebius es extensísima.

Su vida y obra se ha ido complejizando con algo de aqui y algo de alli, con gentes y lugares, líquidos y sólidos, pero en definitiva esto ha sido un recorrido con lo que de cine ha tenido su discurrir. En el próximo artículo ya me ocuparé de su filmografía como director y guionista, ale, a gozar por ahí.