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Bruce Lee vivió peleando entre China y America durante 33 años, pero Lee no era lo único que tenian en comun los dos paises. Lee se habia rodeado de gente famosa que deseaba aprender los secretos de su cultura y de profesionales que se movian a ambos lados del charco para sus producciones, los contactos que Lee dejó tras su muerte fueron un canal más entre las dos culturas, el exito de Bruce Lee es tambien el de la extensa comunidad china en america. Ambos continentes odiaban a los japoneses, USA apuntaba hacia Moscú y China era una posición estrategica a tener en cuenta, la cultura asiática salía de las alcantarillas con todo su misterio y magnetismo en una América necesitada de nuevas texturas con las que experimentar, tras el desgaste de Vietnam la economia ve en China un proveedor barato que amamantará a los incipientes y hambrientos ochenta (quienes recogeran esta herencia asiática hasta elevarla a un icono más del pop art y manifestarse en todas las expresiones artisticas y visuales).

En la sociedad, en la economía, en la cultura, y en el arte, China había inseminado los genes culturales yankees hasta mutarse con ellos, la democracia liberal que promocionaba con nuevos bríos el gobierno americano (en oposición al muro Ruso) atrajo a inmigrantes de todos los continentes hacia la tierra de la libertad, y China no iba a ser menos. Para las generaciones posteriores China no estaría asociada a un sucio cocinero pelagatos del oeste, sino al kung fu, a las tradiciones milenarias, al coño de las prostitutas de Bangkok, y a la filosofía budista del pequeño saltamontes.

Los 80 y el pop art fueron el amplificador de EEUU y sus iconos, entre ellos la visión americanizada de la China que se exporta a todo el mundo y ahora andamos limpiando con paquetes turísticos en El Corte Ingles. La colonización y exportación de la cultura americana al resto de países (aliados) le abre a China las puertas del mundo desde la estatua de la libertad, la imagen de Bruce Lee era un embajador más de la recién descubierta cultura que también comenzaba a expandirse, como el chopsuey o el flan mandarán.

La industria del entretenimiento encuentra un nuevo mercado: el consumo doméstico, con el Betamax recién nacido y una floreciente clase hambrienta de consumo, comienza la manufacturación de producciones asiaticoamericanas apadrinando imitadores de Bruce Lee (más por su fisico que por su destreza en el arte de ostiarse) en películas que reproducen la atmósfera camorrista y repiten los esquemas de las películas de Lee, pero la sociedad había cambiado, estaba cambiado, ¡ya no somos tan sucios como ese chino!. El nuevo género de artes marciales ya no se desarrollaba en el muelle de Bangkok: karatekas afroamericanos, estetica arcade space invaders, musica funky y el lado más cutrepulp de los 70 ya estaban funcionando en el género peleón.

La bruceplotación habia comenzado a la muerte del maestro en el 73 y la vorágine en todos los sentidos de los 80 magnifican el mito hasta colarse en las habitaciones de todos los niños junto a Barrio Sésamo y El Equipo A: comics, peliculas, musica, videojuegos, etc… niños llamados Tarantino que se encargarían una década después en recuperar de nuevo al icono de las artes marciales. Lee no sólo llevó el género hasta la cúspide, sino que una década después de morir EL era un género en sá mismo. Bronson Lee, Bruce Chen, Bruce Lai, Bruce Le, son algunos de los que reviven al maestro en peliculas clase B donde Bruce es resucitado para pelear contra James Bond, Dracula, y miles de secuaces de turno. De entre los imitadores de Lee consigue desmarcarse Jackie Chan (ayudante anónimo en algunas pelis del maestro), quien recupera el buen humor y la comicidad para el personaje del chino peleón y conseguiría más tarde su hueco en la pantalla.

 

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