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SINOPSIS: Cuando sus padres son detenidos por prostitución y tráfico de drogas, Vanessa (Reese Witherspoon), una joven de un gueto de Los Angeles, escapa de los servicios sociales y termina encontrándose con Bob Wolverton (Kiefer Sutherland), un amable psicólogo que esconde algo.

COMENTARIO: La repercusión que tuvo la irrupción de Tarantino en el cine independiente americano propició la aparición de joyas de culto como esta versión posmoderna (paródica, irónica, violenta y pervertida) del cuento de Caperucita Roja. Guionista especializado en cine terror barato (“Forbidden Zone”, 1980, “Shrunken Heads”, 1994), Matthew Bright debutó en la dirección con este film que se mira en el humor subversivo de John Waters, creando un universo plagado de personajes marginales, desviados y perversos (con pequeños roles de Brooke Shields, Amanda Plummer o Brittany Murphy), donde también hay cabida para cierta crítica social (sin olvidar su condición de entretenimiento transgresivo). “Freeway” es una comedia negra en forma de road movie grotesca; con un lobo feroz a medio camino entre el Harry Powell de “La noche del cazador” y uno de esos improbables psycho killers de los 90 (década dorada del thriller erótico), a la caza de una caperucita barriobajera que pasa de víctima inocente (del sistema y del depredador) a antiheroína justiciera.

Desde los lascivos títulos de crédido diseñados por el prestigioso Dan Perri (a partir de ilustraciones de Karin Elsener) hasta su bizarro clímax con parque de caravanas incluído, el guión de “Freeway” (a cargo del propio Bright) es sencillo pero efectivo (compensa su tópico planteamiento con su tono de parodia genérica) , y el film sobresale de la media gracias a unas interpretaciones tan divertidas como excesivas y a su satírica traslación del cuento de Perrault a las constantes del thriller noventero. También contaba con un equipo técnico y artístico más que solvente, entre los que encontramos al célebre compositor Danny Elfman (habitual de Tim Burton). Su estatus de culto propició una secuela (“Freeway II: Confessions of a Trickbaby”, 1999), de inferior calidad pero más extravagante.


Imprescindible para pervertidos aficionados a los cuentos de hadas modernos.
Desaconsejada para el público sensible con el lenguaje (y los actos) malsonante.

 

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